sábado, 28 de noviembre de 2009

Rosas

Una rosa tan linda como tu.
es una vida,
en unas manos que la hieren.

Tu como una rosa,
nos muestras tu frescura,
y a la vez tu calidez.

Tu como la rosa,
eres la fragancia del querer.

Tu como está rosa,
tan suave y aterciopelada,
como tu rosada piel.


José Manuel Sirgo Gallardo

Tus labios

¡A esos labios hermosos cuales me hacen sucumbir!
Por tus besos daría, el cielo, la tierra y el mar,
el sol al alba y la luna en la madruga.

Mirando a tus labios quede perplejo, sin poder hablar,
ay ricura, que bien sabes besar,
me tienes ahogado con tu aire al cantar.

De rojo carmín, anaranjado el jazmín,
miro, remiro y vuelvo a mirar,
tus labios, ricura de amar.


José Manuel Sirgo Gallardo

Sostengo

Sostengo yo el amar profundo en el cielo,
en mi desaliento en voz suspiro.

Observo un destello en el mar caído,
cual colmará una gota en mis versos.

Descarriado sigo escribiendo,
rematando las tornas del beso.

Susurre en su silencio,
grité en mis adentros.


José Manuel Sirgo Gallardo

Anhelo

De mi destierro por tu dulce cuerpo¡
Al despertar y no encontrarte en mi lecho,
tan solo ver la almohada vacía, sin tu azabache cabello,
impregnada tan solo en ella, tú sutil fragancia¡

Anhelo de mi tierra, mi poesía callejera,
que en ella predico, mi relatada armonía,
cuales naranjos en flor, azahar que prevalece¡
En sus calles, derraman su sabor aromático.

De blancas esperanzas, anaranjado atardecer,
de verdes arbolados y su rosa de sangre hieren,
sin olvidar tú presencia, querido amor que duele¡.


José Manuel Sirgo Gallardo

Una golondrina

Una golondrina dejo un sobre en mi ventana y voló,
un sobre lacrado en cinco puntos.
En su interior, el sol cual calienta mi solitario lecho,
la luna en plata fervor de mis sueños,
un rico aroma de rosas, talladas en versos,
unos besos de unos labios muy bellos,
mil palabras que llenaron mi universo,
un poema recitado, que sonó en mis adentros.


José Manuel Sirgo Gallardo

La banda de la maría

Una banda de músicos chufletas,
que van armonizando su música,
con tambores, trompetas y panderetas.
Por callejas y callejones, de la mía pureza,
ya se quiebran sus puertas de la sal que eleva,
en mi triana la primavera despierta.
Desde donde observa el torero, Juan Belmonte,
por su metálico hueco, la torre del oro otea.
Tan pequeña y la vez esbelta,
alzando su mirada, hacia la catedral,
ve a un jiraldillo dar vueltas,
por la música de estos chufletas.
Cuales cruzan el puente de mi triana,
hacia la ciudad de sevilla,
por hoy se acabo la fiesta.


José Manuel Sirgo Gallardo

Giralda

Sevilla, de mi consuelo,
Sevilla, con toda mi alma,
ya tienes traje nuevo,
esbelta, y bella giralda.

Con aires de feria,
ya estas engalanada,
con grandes lunares moros,
tienes ya la luz del alba.

Que bonita se te ve,
desde el viejo, puente de triana,
a nuestra gran giralda,
alumbrada con luces de gala.

Flamenca de Sevilla,
por Cadiz, Córdoba, y Granada,
flamenca por tangos y solea,
en mi cama, y con la almohada.


José Manuel Sirgo Gallardo

El pesame

A SANDRA DANIELA TARAGÁN AQUINSKY:

Se marcho...
Se llevo con ella sus vivencias, sus sueños, sus poemas inéditos...
...Un rico equipaje de diamantes del tiempo,
como un tesoro que guardar allí en donde esté.
Dejo un vacío en su vida y un lugar insustituible entre ellos!

Y quedo para ti una parte de ella, reflejada en sus escritos,
que conservaras siempre!

Me gustaría poder expresar el desconsuelo,
que con su ausencia, le causa,
aunque es un alivio poder pensar,
que tuvo que ir a un buen sitio,
y que no ha fallecido.

Vive en el cariño de tu familia y en tu recuerdo.


José Manuel Sirgo Gallardo

La sombra

Tras de ti llevas la sombra y te apresura,
tú siempre vas delante la primera,
no puedes caminar de otra manera,
por mucho que lo dicte tu mesura.

Aunque el mundo se pierda en su locura,
y amenace un crespón de muerte tu quimera,
en tu genio la dulce primavera,
derrotará la sombra y la amargura.

Vivir es buen vivir si hay esperanza,
olvida esa sombra que te asecha,
que es tuyo ese paisaje de añoranza.

No temas que te hiera alguna flecha,
porque si obraste bien no habrá venganza,
y al fin recogerás buena cosecha.


José Manuel Sirgo Gallardo

Azahar

La primavera agita con sus alas,
la gloriosa fragancia,
del dormido naranjo.
Cual enciende, temblorosa,
la suave nieve del azahar.

¡Su polen, sopla germinando!
Inalterado, quiebra agradecido.
El perfume intenso de sus flores,
aspirantes,
de su blanca eternidad.

Siempre, su vida generosa.
Iniciada en el gozo.
Aquél la llevó,
la llevo a sus labios,
cuales besa al descansar.


José Manuel Sirgo Gallardo

He sentido

He sentido en mi pecho...
El desgarro del alma.

La garra del dolor hecha jirones.
Cuando al fondo de mi espíritu se agarra.
He sentido el loco torbellino...
De ese huracán, sobre la roca blanda.
Y el temible graznido de la mar,
sobre pasando, la muralla de granito.

¡Navegaba a la deriva,
sin remos ni timón,
mi pobre barca!
Y la furia del viento...
Hasta el confín del mar, quería llevarla.
A mi al rededor, las luces de las estrellas.
Enardecía, una esperanza
Esperaba el reloj, la media noche,
su sonora música sonara.

¡En la mesa, las uvas en los cuencos.
Pendientes por sus campanadas!
El espumoso champaña, en cada copa esperaba.
¡Sobre un mantel de rosas blancas!

Quedaron sin son las uvas.
Las burbujas llenas de nostalgia.
Nadie despidió, la Noche Vieja.
Nadie de la casa,
escucharon, por culpa de mi ausencia.
las campanadas.
Con la ayuda de Dios.
A esa ribera azul... Mi alma llegaba.

El rumor del viento calló.
¡En una dulce playa!
Encontré relajado mi consuelo.
El sueño sosegado de mi alma.


José Manuel Sirgo Gallardo

La vida

Al nacer somos iguales,
dándonos la bienvenida.
Nacemos todos desnudos,
y nos regalan la vida.

Unos la viven muy bien,
a otros se la dan herida,
y pasamos por este mundo,
con más penas que alegrías.

Al contrario que los otros,
la viven.
La viven, sin ser vivida.


José Manuel Sirgo Gallardo

El arte

No hay nada en ésta vida más amado,
que sentir la pasión de lo vivido...
Aunque aveces se goce lo sufrido,
y otras veces se sufra lo gozado.

En los mares del tiempo,
en esos mares del tiempo,
han naufragado,
mil reyes,
mil reyes soñadores se han hundido.

Tan sólo el arte,
no ha sido sometido,
ni la fuerza del amor,
lo ha sepultado.

La vida es belleza,
bellezas con cultura,
que en lo puro del tiempo,
se ha gestado,
en el dulce caminar de la ternura...

Donde nos jugamos,
todo lo soñado.
No hay derrota más ruin,
más ruin, que la cordura,
de no asumir,
tú vuelo liberado.


José Manuel Sirgo Gallardo

Quando meus olhos te ver - Cuando mis ojos te ven

Quando meus olhos te ver,
e näo consegue parar de olhar,
para você,
e os meus dedos,
escrever tudo que você vê,
meus olhos.
Porque a minha boca,
está fechada,
e näo deixar,
que os meus lábios,
pode beijar.
Beijar,
seus lábios bonitos...



Cuando mis ojos te ven,
ya no pueden parar,
parar de mirarte,
y mis dedos,
escriben todo,
todo lo que ven mis ojos.
Porque mi boca ésta cerrada,
cerrada ésta mi boca,
y no deja,
que mis labios,
puedan besar.
Besar,
tus lindos labios.


José Manuel Sirgo Gallardo

Vivir

Cuando se rompa la mañana,
pasaré por el camino,
por un sendero florido,
oiré de la vida,
la caricia.
Esa dulce caricia,
de un, ¡Te quiero!
Palabras en terciopelo,
cuales enamoran,
mis sentidos...

En el bosque de mis sueños,
cual trémula primavera,
¿Estaba libre mi alma?
Sintiendo la vida nueva,
con estrellas,
que iluminan,
el frágil de mi quimera.

Fuente fresca,
de una vida,
que dulce...
...O airada pasas.

Dejando por mi camino,
el rigor de tu balanza...

Paloma, que en el teñido cielo,
elevas,
elevas con temblor tu leve vuelo.
Oigo el canto herido,
de tu amargo,
amargo desconsuelo.

¿Que es la vida?
No lo sé,
algo que pasa corriendo,
y no consigo detener.


José Manuel Sirgo Gallardo

El color

Si tanto la rosa, como la azucena,
muestra a vuestro gesto sus colores,
y tu mirar ardiente,
dulce y de recelo.
Con luz clara,
la tormenta serena.

Por tu cuello pálido y hermoso.
El oro de tus cabellos,
al vuelo.
El aire los remueve,
y los enreda.
Apremio a tus primaveras.

El dulce fruto,
antes que corra el tiempo.
Cubra de blanca,
de blanca nieve,
tus álgidas cumbres.

Marchitará a la rosa,
marchitará a la azucena,
cuando todo mudara,
la edad ligera.


José Manuel Sirgo Gallardo

Jugando a ser principe

No sé si es mi niñez,
que anda volando sin alas,
por lo que lloro al pensar,
escondido entre murallas,
de sentimientos dormidos,
por castillos sin monarcas.

No sé si es aquella vida,
que aparece tan lejana,
la que busca mi memoria,
entre ritmos de añoranzas.
La que acarreaba estrellas,
con luces,
luces azul y malva.
De un cielo color de rosa,
de infantiles filigranas.

No sé si será el recuerdo,
de los besos que me daban,
aquellos padres queridos,
los que a mi pecho,
a mi pecho se arraigan,
o si esta pena que siento,
me la provocó mi hermana,
la gran tristeza sin juegos,
de su vida desgraciada.

O tal vez mis ilusiones,
manojos de flores blancas,
siempre subido en las nubes,
jugando a cuentos de hadas,
entre muñecos heridos,
con espadas de plata.

Convertido en el espejo,
en un malvado pirata,
con los trapos del abuelo,
de calzones y chanclas,
que en el baúl del recuerdo,
dormían entre albahaca.


José Manuel Sirgo Gallardo

Hoy perdí

Perdí la nostalgia del tiempo.
Perdí la inspiración
me faltó tus besos,
llenos de frescor,
tus caricias por mi cuerpo,
ése resquicio de tu flagrante amor.

Hoy me encuentro sólo,
Tan sólo en el lecho.
Que abre hecho,
para perder tu amor.

He quedado sólo en la habitación,
devanando me los sesos.
Índice de mi inspiración.

Hoy quedé pensativo,
cuando me repetías.
Que sólo somos uno y no dos.

Hoy es hoy,
mañana, también lo será.
¿Por qué, los días pasan y pasan?¨
Y no te puedo hallar.

Hoy perdí la inspiración.
Volví a perderte, amor platónico.
Por no darte la razón.


José Manuel Sirgo Gallardo

Mi lecho de carne

Esos grandes ojos negros.
Azabache, cuales frescas rosas negras.
Terciopelo, cual templada aurora,
de purpureas vanidades.
Cuales dulces labios,
¡Son asiento a mis besos!

Tus palabras.
Palabras de suave tristeza amorosa.
De tus risas,
y por todas vuestras cosas.

Yo que por bien,
no busco librarme.
Y amarte a ti a solas,
en mi lecho de carne...


José Manuel Sirgo Gallardo

Su llanto

Sin con dolencias,
ni protestas puedan hacer,
que frenen.
El trasiego de los ríos.

Y en las variadas,
y sombrías montañas,
la arboleda.
Se balancea con su hechizo.

Se entregaron al oír su llanto,
los firmes abetos,
y las piedras frías.

Sin menos caso que los míos,
cayeron.
Cayeron del reino de los miedos.
A mí gran corazón.
Corazón endurecido.


José Manuel Sirgo Gallardo

Dos amantes

...EL...

De repente.
Caí en el vacío.
y con mis débiles huesos,
dí en el suelo herido.
Denegué, de mi existencia,
de mi ser, a ver nacido.

Tú amor se alejó.
Se alejó, como un pez,
cual esquiva, un anzuelo hundido.
Tus cálidos y apasionados besos,
se me escaparon,
entre las rendijas de mí ser.
Esto fue un mal sueño, o tu cruel castigo...


...ELLA...


Meditando...Castigo!, cual castigo?
No puede ser,
que yo sea tu castigo.
Si no el mejor de los sueños,
que has tenido.
Porque gracias a que existo,
por un corto tiempo...Llené tu vacío.

Tú me hiciste, que cimbree mis sentidos,
como cual sirena,
con su dulce canto,
envolvieron mis suspiros,
y tus besos,
alegraron mis latidos.


José Manuel Sirgo Gallardo
Coautora: Yolanda

Brindis por nuestra vida

Es nuestra vida un gran tesoro,
el don más divino,
al que con justicia,
debemos.
Si debemos mimar con cuidado.
Un proyecto que Dios nos ha regalado,
Nuestro joyero privado,
suave y fino.

Yo alzo mi copa de buen vino.
Brindo por la belleza,
que me has otorgado,
agradezco que en mi te hayas fijado.
Dejándome un lugar en tu camino.

Deseo.
Si deseo haber andado bien seguro.
Por ésta nuestra senda tan difícil,
y a la vez tan hermosa.
Hallaré tu mirada cariñosa
Habiendo dejado mi envoltura,
te hablaré siempre en versos,
y alguna vez en prosa...


José Manuel Sirgo Gallardo