sábado, 7 de noviembre de 2009

A dios

Es mi primer día sin ti.
La tristeza, invade todo mi cuerpo.
Fuiste tantas cosas a la vez.
Que me cuesta creer,
que haya tenido un final tan triste.

Tu impaciencia por tenerme,
y mis ganas de seguir amándote,
acabaron por hacernos echar atrás.

Fue tanto mi amor.
Fueron tantas ilusiones que inventé.
Te vestí de fantasía,
te invite a vivir muestro momento,
te hice parte de mi mundo.
¿Para que?

Todo se escapo por las rendijas de mis dedos.
Ya no quedan madrugadas que inventar,
se me agotan tus miradas,
y te busco entre mi almohada.

Con el tiempo las promesas se nos van.
Por ahora el hubiera no existe,
lo hecho, hecho ésta.
Si algún día nos vuelve a juntar el destino,
es porque el amor pudo más que el orgullo.

Y volveremos a construir,
unos pilares muy fuertes,
hechos con firmeza, confianza y sobre todo,
con seguridad y amor.
¿No crees?

Quizás yo no fui el elegido,
para seguir la corriente,
cual lleva al mar.
Lo que uno no tiene, no lo puede dar.
Lo poco que quedó, de tanto que existió.
Recuerdos son y nada más.
Es tan triste recordar,
que cada historia tiene su final.

Lejos en el horizonte,
donde nada se perdió,
dibuje la palabra del a dios.

José Manuel Sirgo Gallardo