jueves, 8 de septiembre de 2011

Un poema.

Un poema, sin un sol de oro y purpura,
sin luna de nácar y un velo desnudo,
unas letras llenas de amor y encanto,
unos versos sanados del corazón.

Un poema, de quien ama y es amado,
unas horas que pasean en la mañana,
unos días que se vuelven madrugadas,
tantos meses sin tenerte, mi amada.

Un poema de tu boca declamado,
de tus labios subrayados en mis labios,
de tu voz la nostalgia en mi alma,
de tu risa, melancolía derramada.

De un poema en la distancia,
no te veo, no te hallo por la niebla,
y mis dedos ya no palpan tus cabellos,
deseosos de tenerlos enredados.



José Manuel Sirgo Gallardo