¡Quiero acariciar con mis dedos,
tu dorado cabello,
que irradia brillante su inocencia!
Acercarme con mis labios,
¡hacia la miel de tu boca!
¡Saborear tus húmedos labios...
...Cuales me apasionan.
Morder tu lengua mientras me tocas,
dejar caer mi calidez por tu firme cuello,
hasta tus hombros,
por tu camino de rosas!
Cerrar -paso a paso-, mi boca.
Quiero lamer entre tus pechos,
sentir tus pezones en mi lengua.
¡Como la campana que se agita esplendorosa!
En el campanario de nuestros deseos.
¡Acariciar tu espalda, y bajar con mis dedos hasta tus nalgas!
Tumbarnos en el silencio,
al oír el estruendo, de nuestros corazones.
Como se sofoca, por nuestro parpadear que nos aflora.
Quiero hacerte el amor...
...¡Aunque solo sea un día, o unas horas, o cientos de minutos!
Cuando tu y yo estemos a solas.
Meternos bajo las sabanas,
cerrar los ojos,
y sólo sentir nuestros cuerpos cuando se rozan.
Y despreocuparnos, de quien es quien, y quien toca.
Besarnos nuestras bocas, y lamer cada poro que se exponga.
¡Hacernos el amor ese amor cuando nos toca!
José Manuel Sirgo Gallardo
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