viernes, 13 de noviembre de 2009

¡Déjame ser!

Déjame soñar que soy tu rumbo
y que no hay soledad en tu camino,
que no es oscura, ni fría la noche,
que está estrellada y tibia entre los pinos.

Y que no importa quien eres, ni quien soy.
De dónde vienes, ni de donde vengo,
y que es maravilloso descubrir el sol,
tendidos en la hierba,
tomados de la mano,
distendidos.

Deja que sea ahora, tu compañía
que estoy velando tu dolor transido,
no me lo impidas, déjame seguir,
a tu lado como peregrino.
No descuidemos esto que hoy tenemos,
para ser dos, siempre en el camino.

(Bernardo Manuel Pérez Bragaña)
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Cosas del querer

¡Te quiero porque te quiero!
En mi querer nadie manda.
Te quiero porque te adoro.
Porque me sale del alma.
Cada vez que pienso en ti.
Mis ojos rompen en llanto.
Y a mi corazón pregunto.
¿Será por quererlo tanto?
Quisiera ser gaviota.
Con patitas de algodón.
Para posarme en tus labios,
y robar tu corazón.
Un día pasé por tu calle.
Y miré hacia tu balcón.
Para ver si te veía.
Pero eso no sucedió.
La otra noche que paseaba,
por la orillita del mar,
las olas me murmuraban,
¡Chiquilla que sola estás!
Te vi llegar a lo lejos.
De lejos te vi llegar,
me rodeaste con tus brazos
me besaste con ardor
y me amaste en la arena
junto a la orilla del mar,
con un deseo muy grande
con pasión, con ansiedad.
Mientras para mí pensaba,
¡Chiquilla ya no estás sola!
¡Tu anhelo ya es realidad!

(Josephine Ruiz)
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