domingo, 13 de abril de 2014

Eliptico

Sepultado, entre cuatro paredes y un infinito techo,

sólo una luz,- destellos por esa reja que le aprisiona,

en la oscuridad del siniestro.

¿Vida?...Perdida en los remordimientos.

Ahogan las silabas del quebranto eterno...

Rasgando con sus débiles dedos,

el canto del ladrillo, por escapar de lo incierto.

Contando cada día, cada mes, cada año, que va otorgando.

Su muerte relativa, en las purpureas alas del desencanto.

Solo una vez más, sus lágrimas golpean,

la serenidad de sus parpados.

Resume por sus ajados poros, el desconcierto...

Suplica al viento, súplica deseada del lamento,

requiebros de esa vida, que en vida va muriendo,

cantando a la luna, a la luna anaranjada, sus cuentos.

Prisionero de sus palabras...¡Quiero!...



José Manuel Sirgo Gallardo

Rubrica

¿Rechinará el balanceo, del intrépido columpio?

Cuando la fuerte brisa, atrape sus eslabones susurrantes,

desmedidos en la tregua, oxidante acontecido,

cual quiebra, una palabra de sus libres labios, 

y cae, en siniestras manos, la añoranza!

Locuela agradecida, tambalea tu espalda sin medida,

entrelazando razones, por la desnudez, de las tinieblas de tus sentidos.

Ira,- que encadena el cerco entrante, del cólera sostenido...

Razón que despliegan, los surcos errantes, 

cuales desmotivan, la pálida sensación del bienestar.

Luz que ciega, la incertidumbre mirada de tus ojos,

cuando al galopar intransigente,

-.Mudas una sonrisa entre tus labios.-

Desenroscando, la timidez de la tuerca,

el calculador tornillo olvidado,

cual causa la sensación, incontrolable en tu quimera.

Cambiando, la estúpida estampa de mi envoltura...Prisionera...



José Manuel Sirgo Gallardo