domingo, 13 de abril de 2014

Eliptico

Sepultado, entre cuatro paredes y un infinito techo,

sólo una luz,- destellos por esa reja que le aprisiona,

en la oscuridad del siniestro.

¿Vida?...Perdida en los remordimientos.

Ahogan las silabas del quebranto eterno...

Rasgando con sus débiles dedos,

el canto del ladrillo, por escapar de lo incierto.

Contando cada día, cada mes, cada año, que va otorgando.

Su muerte relativa, en las purpureas alas del desencanto.

Solo una vez más, sus lágrimas golpean,

la serenidad de sus parpados.

Resume por sus ajados poros, el desconcierto...

Suplica al viento, súplica deseada del lamento,

requiebros de esa vida, que en vida va muriendo,

cantando a la luna, a la luna anaranjada, sus cuentos.

Prisionero de sus palabras...¡Quiero!...



José Manuel Sirgo Gallardo

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