martes, 1 de diciembre de 2009

Hundido en mis pensamientos

Vil locura que me entretiene,
mal de mi recuerdo que aborrezco,
respeta mi sueño silencioso,
del tosco seguimiento.
Destronado en mi muerte,
descansado, moribundo,
desecho.
Desencadenando,
que se resistan mis lamentos.

Movimiento impetuoso,
cual desequilibra mis redes,
desestabilizas mi alma,
y mí corazón muere.

El fresco aire remueve,
las hojas en mi camino,
las aparta, las adormece,
quedando al sol marchitas,
pudriéndose.
Renace la vida,
nueva vida por la que fallece.

En el remanso he quedado atrapado,
de ese turbulento río de amores,
y las bellas flores a mí alma,
vuelven y vuelven.


José Manuel Sirgo Gallardo