miércoles, 20 de enero de 2010

Si supieran mi amor

Si los demás supieran mi amor,
¡que tu piel es la que mas brilla ante mis ojos!
¡Que tus ojos son los que tengo yo,
como las únicas estrellas de mi firmamento!

Y mi luna eres tu,
¡esa luna que no se esconde de mis sentimientos!
Si supieran mi amor,
que de ti vivo en la noche,
que por ti -muero y muero-,
¡y no me duele morir porque te quiero!

Si supieran mi amor,
que todo no son recuerdos,
que la vida sigue y sigue su cansino camino,
y aun no te tengo.

Si supieran mi amor,
que las llamas de nuestro amor,
aun siguen ardiendo,
como flores que nacen y crecen en nuestro interior.

Si supieran mi amor,
¡que todo ésta en el amor de nuestro silencio!
Nuestros sentimientos nos persiguen...
... Y nos alcanzan en nuestros pechos,
que se pierden en la lejanía,
y cuales quedan sumergidos.
En el amor que nos atrapa en su agonía.


José Manuel Sirgo Gallardo

lunes, 4 de enero de 2010

Esé amor cuando nos toca

¡Quiero acariciar con mis dedos,
tu dorado cabello,
que irradia brillante su inocencia!
Acercarme con mis labios,
¡hacia la miel de tu boca!

¡Saborear tus húmedos labios...
...Cuales me apasionan.
Morder tu lengua mientras me tocas,
dejar caer mi calidez por tu firme cuello,
hasta tus hombros,
por tu camino de rosas!

Cerrar -paso a paso-, mi boca.
Quiero lamer entre tus pechos,
sentir tus pezones en mi lengua.
¡Como la campana que se agita esplendorosa!
En el campanario de nuestros deseos.

¡Acariciar tu espalda, y bajar con mis dedos hasta tus nalgas!
Tumbarnos en el silencio,
al oír el estruendo, de nuestros corazones.
Como se sofoca, por nuestro parpadear que nos aflora.
Quiero hacerte el amor...
...¡Aunque solo sea un día, o unas horas, o cientos de minutos!
Cuando tu y yo estemos a solas.

Meternos bajo las sabanas,
cerrar los ojos,
y sólo sentir nuestros cuerpos cuando se rozan.
Y despreocuparnos, de quien es quien, y quien toca.
Besarnos nuestras bocas, y lamer cada poro que se exponga.
¡Hacernos el amor ese amor cuando nos toca!


José Manuel Sirgo Gallardo

Unas palabras hacia la esperanza

Para aplacar su anhelo...
...Van los hombres errantes.
Sin otra recompensa.
Espejismos,
que prenden del cansancio,
de sus miradas.

Contemplan ausentes,
-la pobreza, el dolor y la miseria-.
Imágenes,
de un mundo destronado.
Por el odio del -hombre contra el hombre-.
Y es doloroso,
ver que con engaños,
Los hombres viven juntos,
con desdeñosos gestos,
ante el dolor ajeno indiferentes,
y seca aceptación, la rapiña.

Criaturas que sollozan,
mendigos que agonizan,
agonizan solitarios.
Mujeres maltratadas,
que se esconden,
detrás de las tinieblas,
por el miedo.
De tanta desventura que las cubre.

El sopor de la muerte...
...Avanza,
flor sedienta.
¡Sólo la mentira sobrevive!

¿Pero aun muerde la vida?
Esa carne verdadera,
que es el templo del espíritu.
¡Y ante tanta miseria,
se opone la injusticia!
Y de repente, -a golpes
a golpes-, despierta.
Aquellos hombres,
que alguna luz aun conservan.


José Manuel Sirgo Gallardo

domingo, 3 de enero de 2010

Por nuestros cuerpos doloridos

Sólo mirare entre párpados,
¡y veré al amor de mi vida!
Escondiéndose de la sombra de la llama,
que brota de la vela ensimismada.

¡Que -gota a gota-, su cera cálida derrama.
Y formando ríos de cera,
suaves y delicados,
como tus besos vida mía!
¿Subrayados quedan en mis labios?.

La lujuria se ha encendió,
entre besos y susurros,
yo dejo que avance,
¡y tu la reclamas inmersa en tus sueños!...
...Que mi cuerpo con el tuyo se rocen-...

Infranqueables ante tanto color de sedas.
Tu lengua con la mía.-
¿Entrelazadas en su agonía,
queriendo avanzar y no llegan?
¡Por nuestros cuerpos doloridos!


José Manuel Sirgo Gallardo

sábado, 2 de enero de 2010

Cuando me toca

Quiero mirar atreved de tu ventana,
la oscuridad me hiela...
...Y me abandona-.
¡Tu mirada como la llama que brota,
del candil que a mi me toca!

Tus ojazos llameantes me miran...
...Insinuantes, desmedidos, me apasionan.
Y tu boca quiere me morder,
mi audaz tristeza.

Mi saliva cae y se transforma.
¡Tu me atraes amor y no dejas que yo robe tu corazón!
Cuando tu ya me lo robaste,
y lo cubriste de tu pura razón,
cual me toca.
Caigo en desmedida -con mis labios hacia tu boca-.


José Manuel Sirgo Gallardo

viernes, 1 de enero de 2010

Mi dama

¡Estoy aquí!
¡Para sentir el bello latir,
de tu hermoso corazón!
-Y mirarte a los ojos-
¡Y decirte cuanto te quiero!

Porque eres mi ángel celestial.
Que con tus alas me has de amar.
¡Tu eres mi lindo amanecer!
Cual me llenas de -gozo y placer-

Mi preciosa dama.
Mirando sin poder acariciar, tus tersas mejillas.
Sin poder...
...Sin poder morder, tus delicados hombros.
Sin poder...
...Sin poder, oler tu suave aroma de mujer.

Quede prendado de ti,
de tu mirada fulgurosa...
¡De tus pechos que adormecen mi esperanza!
De tu boca, sencilla madurez que me derrota...

Quisiera besar tus húmedos labios.
Cuales atormentan mis sueños...
¡Cuando te pienso y te pienso!


José Manuel Sirgo Gallardo