miércoles, 23 de marzo de 2011

Ayer senti de tus ganas.

Ayer sentí un velo que se precipitó, y desveló tu sensible mirada,
sentí de ti la fragancia desnuda que rodea tus ansias,
la sangre que se altera, por tus venas amarradas,
la dulzura de tus besos en mis ganas.

Ayer sentí, el destino que se acercaba, con la luz a mí espalda,
y una estrella allá en el cielo, alumbrado con su parpadear que engalana,
una llama que quema y no arde, en su frescura la mañana,
un gran corazón a centímetros de mí golpeaba,
sintiendo tu calor, como la primavera que ensarta,
mis besos en tus labios, con sabor a nostalgia.

Ayer sentí el sabor de los besos en la distancia,
como una ola que golpea las rocas en la playa,
el roce de tu piel en mí piel, soñando yo estaba,
acariciando tu sencillez, de curvas desatadas.

Ayer sentí que el amor que irradias, me llena, me sacia,
me otorga la luz, que veo en mí alma,
una sensible llamada, que de mí no escapa,
encerrándote en mí corazón, con las llaves,
de dos vidas que cabalgan juntas en la distancia.

Hoy aquí yo te digo, cómo te amo en la distancia,
escondido entre las letras que se afanan,
por ser una voz que viaja, una linea delgada,
por llegar a tus sentidos, mí bella deseada,
y acariciar con susurros, tus desventuras pasadas.

Tu silueta, en mí mente se engarza,
mis brazos con fuerza, rodean tu ágil espalda,
tus manos en mí nuca, acariciando con ganas,
los labios que se funden, en la humedad sin desgana,
saboreando el amor, que nos falta.




José Manuel Sirgo Gallardo